En Busca del Extraño Ser que Habita el Lago Hyargas Nuur

jueves, 29 de agosto de 2013






La primera vez que estas huellas en la orilla del Hyargas Nuur fueron vistas y descritas fue en los años ochenta fue cuando en el lago se detuvieron para descansar los miembros de una expedición soviético-mongola de geólogos bajo la dirección de Víctor Yarmoliuk. En los últimos años, los geólogos han acampado varias veces en este lugar camino de vuelta a casa y también han ido zoólogos. Cada vez, los científicos han visto varios grupos de huellas relativamente recientes, que se extienden por kilómetro y medio desde el agua, como si algunos reptiles se arrastraran fuera del agua e incluso se tendieran en la arena durante un rato. La hipótesis de que estas huellas pertenecen a algún animal terrestre o fueron hechas por los humanos fue rechazada, al igual que la que aseguraba que son formadas, de alguna manera, por el viento o las olas. La orilla del Hyurgas Nuur es un lugar desierto y deshabitado, los primeros puntos habitados se hayan a cientos de kilómetros de este lugar, los nómadas con sus animales, así como los visitantes del único camping de la zona, no acostumbran a acercarse allí. Para avivar todas las conjeturas y argumentos, en una de esas noches de descanso, los geólogos escucharon un rugido que salía del centro del lago.

Por muchas razones, entre ellas, financieras, no se ha podido organizar una expedición científica seria formada por zoólogos o hidrólogos. En cambio existen los amantes de la investigación en lugares considerados anómalos por distintas razones. El escritor y activista social Ígor Grishin junto a un grupo de colaboradores ha estado este verano en el Hyurgas Nuur por segunda vez (el escritor ya había estado en este lugar en el año 2010). Este año ellos vinieron con buenos equipos, entre ellos con el modelo más moderno de ecosondas de localización de peces. El mismo Ígor Grishin nos cuenta:

–La vez pasada, junto a las huellas de gran tamaño, nosotros encontramos huesos que no pueden pertenecer a ningún otro animal conocido que viva en Mongolia. Muy frecuentemente pescamos ejemplares con huellas de colmillos, y sabemos que en este lago habita un solo tipo de pescado, la carpa del Altai, (Oreoleuci scus potanini) la cual no tiene dientes. Este año, desde los catamaranes, nos fue posible registrar huellas en el fondo del lago con la ayuda de una moderna ecosonda e igual que en la tierra, se podían dividir en tres grupos distintos, lo cual nos lleva a pensar que o bien pertenecen a tres tipos distintos de animales de distinto tamaño o son huellas de partes distintas del cuerpo de un solo animal.

Además de esto, en la orilla apreciaron unos surcos, como si alguien hubiera arrastrado por la arena un bote o un barco. Pero en el Hyargas Nuur no hay nada de esto y los investigadores concluyeron que estas huellas pueden ser de piedras posiblemente movidas por animales. Revisando la literatura, ellos supieron que los habitantes de los antiguos reservorios de agua, como por ejemplo los plesiosauros, digerían piedras, pues sin ellas, no podían asimilar la comida.

El científico colaborador de la reserva del Valdai, el zoólogo Valeri Nikoláev, el cual ha podido estar en Hyuargas Nuur, comparte todas las hipótesis sobre la existencia de un reptil gigante antiguo. Los lugareños no se acercan a este lago precisamente por el miedo a encontrarse con un animal desconocido al cual nombran “la ballena”. El científico nos describe su punto de vista:

–La población local mongola, incluso si llega cerca de la orilla, no se interesa por el lago, sin embargo, los que viven relativamente cerca del Hyurgas Nuur, comentan que en el lago habitan criaturas gigantes. Es comprensible que esto sean solo leyendas, creencias mitológicas, pero en la historia de la ciencia, no son pocos los casos de hallazgos de animales que comenzaron precisamente a partir de relatos increíbles en un principio y culminaron exitosamente. Pongamos por ejemplo el oso panda o un fósil viviente como es el celacanto, un pez que no ha cambiado en los últimos cuatrocientos millones de años o el okapi de la familia de las jirafas. Todos ellos fueron alguna vez solo leyendas.

El anfitrión del Hyargas Nuur puede ser un animal prehistórico que sobrevivió en la tierra incluso antes de la era glacial. En las regiones sureñas del planeta, también en Asia Central, no todo quedó congelado. Los científicos consideran que este lago mongol formaba parte de un mar del pleistoceno y los peces, esta misma carpa del Altai, por ejemplo, podría ser el alimento del misterioso reptil prehistórico.

Resolver este misterio de la naturaleza, por supuesto, lo harán en las siguientes expediciones en las cuales participarán científicos más cualificados y la mejor de las técnicas, pero por ahora, al atrevido grupo de Ígor Grishin le es imposible ampliar los recursos de la expedición, tanto humanos como técnicos. Literalmente las desérticas y deshabitadas orillas del lago, como en un paisaje lunar, espantan a los seres vivos y no permite el paso a su interior.

Puede parecer de lo más extraño, pero todos los zoólogos que contactamos para ir con nosotros, a última hora, por una razón u otra, no pudieron ir.

 Honestamente, este lugar no es nada acogedor, teníamos la impresión de que todos los fenómenos de la naturaleza reaccionaban con nuestra presencia. Esta región es muy seca, pero fue solo llegar, y enseguida se desplomó una lluvia que duró cuatro días, estábamos rodeados de rayos y truenos de la tormenta eléctrica. Llevar adelante las investigaciones en el lago era difícil e incluso arriesgado debido a las tormentas y las ráfagas de viento, que en solo unos segundos te pueden arrastrar hasta un lugar donde podrías no retornar.

Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos, las huellas no fueron “conquistadas” y solo queda la esperanza de que el año próximo se pueda repetir la expedición junto con representantes oficiales del mundo de la ciencia.

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