Niña que sólo puede comer chivo y conejo

viernes, 25 de julio de 2014
Cuando nació Agustina, su mamá, Natalia Sepúlveda, sospechó que algo podía andar mal con la pequeña. Cada vez que la amamantaba, la recién nacida sufría fuertes cólicos y hemorragias. Con el paso del tiempo, los extraños síntomas se fueron acrecentando y ya a los seis meses, luego de una serie de exámenes realizados en Santiago, se detectó que la niña, que vive en Peñablanca, sufre de una alergia alimentaria múltiple, por lo que se le prohibió ingerir una gran variedad de alimentos.
Tanto así que la pequeña hoy sólo puede comer plátano sin semillas, arroz blanco y carne de chivo o de conejo silvestre.
'Agustina puede fallecer debido a un shock anafiláctico o por una hemorragia interna si es que no come lo adecuado', explica a La Estrella la madre de la menor, Natalia Sepúlveda.
'Ella pesa 10 kilos y ya debería estar muy por sobre ese peso. Es porque no puede comer nada debido a su enfermedad', precisa Natalia.
Las únicas proteínas que tolera el cuerpo de la pequeña Agustina provienen de la carne de chivo o de conejo silvestre, productos que no se encuentran en cualquier carnicería y que son difíciles de conseguir.
'En esta época no se encuentra chivo. Una amiga me trajo de Linares congelado y recién para septiembre en San Antonio dicen que podrían tener. Por lo mismo es que probamos conejo silvestre y lo toleró; el problema es que el animal debe ser cazado con lazos y no ser de criadero, porque los alimentos que se le dan pueden perjudicar a mi hija', señala Natalia.
La madre de la pequeña confiesa que la ayuda previsional para este tipo de enfermedad es sumamente precaria y que van gestionando los recursos necesarios día a día.
'Todo lo que incluye este enfermedad es muy caro. Además del plátano, el arroz y las carnes de conejo o chivo, Agustina puede tomar una leche denominada elemental, la cual es sumamente cara (ver recuadro). Esta enfermedad afecta a toda la familia y el presupuesto que tenemos. Mi marido es ingeniero pero como no hay pega, debió salir a manejar una micro', explica Natalia.
'Todos hacemos nuestro mayor esfuerzo, pero a veces cuesta y da impotencia ver cómo tu hija en cualquier momento puede fallecer porque come algo que no debía comer o porque no contamos con los medios para tratarla', agrega.
Por estos días, Natalia se encuentra planificando otro beneficio para poder costear los alimentos y tratamientos de su hija.

Fuente: http://www.estrellavalpo.cl/impresa/2014/07/25/full/2/

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