Todo comenzó en los últimos días del mes de mayo, en una vivienda asentada en el límite de Chaco y Santiago del Estero, distante 12 kilómetros del paraje Colombia, que es el centro poblado santiagueño adonde concurre la gente que vive en cercanías de la Picada de Olmos, que es la línea que separa a las dos provincias. Ese lugar fue escenario de lo que pasó con Felisa, de 26 años, quien según los lugareños y su propia familia estaría “poseída por un demonio”, que por momentos “se apodera de ella” y por estos días permanece convaleciente de dos “últimos ataques” que tuvo. Por lo cual, la joven mujer llegó a Monte Quemado, a la casa de unos familiares, porque “los médicos no le encontraron nada” y “se vino a buscar a un pastor o un sacerdote para que le expulse ese espíritu malo que se apodera de ella y la transforma en una incontenible fiera”. Sus vecinos y padres están muy asustados y dicen que no se van a volver al rancho hasta que no se le haga un exorcismo.
Nuevo Diario fue en búsqueda de la joven y sus padres la disculparon aduciendo que “es por recomendación médica” que ella debe estar en reposo. Pero ellos no tuvieron problema en hablar y mostrarse no sólo preocupados, sino también asombrados con lo que les tocó vivir y sufrir con su hija, a quien ellos la creen y afirman que “está poseída por un maleficio”.
La madre de la joven —doña Josefina Díaz— dijo que “es la más chica de todos mis hijos que son ocho. Ella es una chica calladita, juiciosa y en la casa ni siquiera hacía ruido, siempre fue así y por eso nos sorprende lo que nos está pasando”.
Al ser consultada sobre cómo comenzó todo, detalló que “la tarde lluviosa del 29 de mayo, después de haber dormido una siesta, la chica se levantó irreconocible. Pobrecita salió de la pieza como una loca, se paró frente a nosotros que estábamos tomando mate en el alero del rancho, comenzó a retorcerse, los ojos tenía saltones y la cara se le había desfigurado.
Todos creímos que le había agarrado un ataque, entonces corrí por agarrarla y cuando la quise tomar del brazo, me dio un empellón violento, con una fuerza increíble.
Entonces se levantó mi marido, mi hijo mayor y la quisimos agarrar, pero nos dio a los tres un empujón con una fuerza y violencia de no creer. En eso vino mi otro hijo y también mi nuera, no la podíamos contener, la queríamos hacer sentar y no sé de dónde sacaba tanta fuerza esta chica que nos doblegó y lo que más nos asustó fue cuando con voz de hombre comenzó a gritar. No le entendíamos lo que nos quería decir, pero era claro que nos insultaba, además se quería golpear y golpearnos. Es así que en un momento se liberó de nosotros y nos tiró a los cinco al piso. Corrió a esconderse en la pieza, donde se metió abajo de la cama y no quería salir. Le rogábamos que saliera, todos llorábamos y ella otra vez con voz de hombre insultaba y por momentos lloraba como un niño y otras veces parecía que se burlaba con una risa gruesa y sarcástica. No era mi hijita, no era”, terminó su relato la aterrada madre de la joven.
Fuente: http://www.nuevodiarioweb.com.ar/nota/interior/535284/extrano-caso-joven-poseida.html
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