El Misterio del Claro de los Diablos en Rusia

miércoles, 4 de septiembre de 2013
El lugar está ubicado en un parque de Moscú, que literalmente se traduce como Islote de los Alces. Quienes descansan allí con los niños se esmeran en pasar a cierta distancia de ese claro, que tiene una reputación nada buena. Un habitante de esos lares, el jubilado Valentín Grachov hilvanaba estos recuerdos:
–Cuando era un muchachuelo, en el Claro de los Diablos desaparecieron para siempre dos niños de nuestro patio. Largo tiempo estuvieron buscándolo pero, todo fue en vano. Yo vivo no lejos del parque, y de ahí que a menudo me dé paseos por aquí y cante al aire libre. No a todos les gusta eso, razón por la que una vez crucé el cortafuego y decidí adentrarme en el bosque.
Entonando una romanza de su agrado, el jubilado no se dio cuenta como de pronto todo era silencio a su alrededor. No se escuchaba el trino de los pajarillos ni el ruido de los insectos, aunque el verano acababa de comenzar. Fue a dar a un claro donde, para su asombro, la hierba era ya del todo amarilla, marchita, a pesar de que era solo junio. Los alrededores estaban cubiertos de una leve neblina. El hombre entendió que se encontraba en el Claro de los Diablos y se apresuró a poner pies en polvorosa. Pero lo que siguió a continuación lo recordará así:
–Me quedé con las ganas pues era cierto que allí uno solo da vueltas y más vueltas. Comenzaba a atardecer, la niebla se tornaba cada vez más espesa y no había forma de salir de allí. La comunicación telefónica no funcionaba pues no había cobertura. Gracias a Dios que una patrulla policial recorría el lugar y me ayudaron a abandonar ese entorno hostil. Era verdad que allí ocurrían diabluras.
Oksana Semionova, cuyo hermano trabaja en la comisaría de ese lugar confirma que todos los meses del Claro de los Diablos se recibe un sinnúmero de llamadas:
–Mi hermano me relataba a menudo que tienen que patrullar ese lugar meticulosamente, debido a que es el preferido de los marginales y de los satanistas. En todo el parque, el Claro de los Diablos es el único lugar donde la cantidad de delitos es considerablemente mayor que en el resto. Además que allí, sorprendentemente, se extravía la gente a menudo. Cierta vez encontraron dos mujeres que habían estado tres días sin poder salir de ese lugar. Desde allí no llamas a nadie por teléfono porque, simplemente, no funciona la comunicación.
Según la leyenda, ese es un lugar embrujado, en el que hacen de las suyas los espíritus. La gente deambula en círculos sin poder encontrar la salida. Los pájaros y otros seres vivientes buscan otros lugares de residencia, la hierba está siempre seca y como calcinada. La flecha de la brújula no puede indicar la dirección necesaria, debido a que da vuelta en torno a su eje y, además, la niebla parece ser allí eterna.
Un consejo para los que deseen investigar y conocer en carne propia lo que ocurre allí. Cuando vaya caminando hasta allá, no olvide dejar tras de sí una huella de migajas, como Hansel y Gretel. Entonces, tiene la posibilidad de salir del lugar por cuenta propia, sin esperar que sea sacado de allí un buen día… por una patrulla policial.

Fuente: http://spanish.ruvr.ru

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